Existe la teoría de que los invidentes oyen mejor. Esto tiene su lógica, ya que la falta de un sentido potencia el desarrollo de los otros para suplir la carencia. Un estudio realizado por la Universidad de Monteal comprobó que donde una persona sin problemas de vista escucha hasta 10 sílabas por segundo, un ciego puede escuchar 25. Si es así, esto nos lleva a pensar que los invidentes pueden ser alumnos aventajados si les apuntamos a clases de piano en Gijón.
Los sentidos de la visión y la audición están íntimamente interconectados. Así, cuando vemos algo, también prestamos atención al sonido que genera. Cuando perdemos vista, el oído trata de compensar y de aportar la información que la vista no consigue aportar. Además, la corteza visual, que se activa sólo con la luz, queda en desuso en el cerebro de una persona ciega, que de alguna manera, la utiliza para potenciar su sistema auditivo. Esta es es algo de lo que pueden sacar mucho partido si, por ejemplo, se apuntan a clases de piano en Gijón.
Existen algunos ejemplos muy célebres de personas ciegas que hicieron historia en el mundo de la música. Tal vez el más célebre sea Ray Charles, que performó con maestría un gran abanico de estilos como el rhytim & blues, el gospel o el jazz, y fue considerado el mejor cantante masculino de la historia del rock por la revista Rolling Stone.
En A.C.A. Escuela de música recomendamos vivamente la introducción en la práctica de un instrumento para personas invidentes o con problemas serios de visión. Llámanos y pregunta sobre nuestra forma de entender las clases de música para invidentes y los beneficios que algo así les puede aportar.